
La hidroterapia es uno de los tratamientos naturales más sencillos de llevar a cabo en casa. Porque solo se necesita como materia prima el agua.
No es sólo útil para tratar enfermedades puntuales, sino también para revitalizar el organismo y promover su autocuración.
Baño completo:
Tanto en caliente como en frío, exige ciertas precauciones. Un baño caliente de 25° a 38°C relaja, pero si es más caliente de 38°C puede vigorizar, lo mismo en el baño frío. El baño caliente está contraindicado en enfermos cardíacos, los arterioscleróticos o los tuberculosos, y nunca debe sobrepasar de 10 minutos.
El baño frío completo dura únicamente unos segundos y nunca es tan prescripto a los enfermos del corazón, ni a los que padecen dolencias nerviosas.
Baño medio cuerpo:
El cuerpo se sumerge en agua fría hasta el estómago de 5 a 10 segundos. Muy tonificante, estimula el sistema hormonal y el inmunitario. Si es caliente, se puede añadir 4 o 5 gotas de aceite esencial que se elegirá en función de la dolencia que se pretende tratar. Su duración es más larga, entre 5 y 15 minutos.
Envolturas:
Específicamente indicadas para la eliminación de toxinas. Hay varias clases de envolturas: del cuello, del vientre, riñones…. Se sumerge un trozo de tela en agua fresca, se escurre y se envuelve con él la parte del cuerpo a tratar. Debe recubrirse con otra tela seca, pero en ningún caso impermeable o de lana. Las envolturas deben mantenerse entre media hora a dos horas; a excepción de la de los pies, que pueden dejarse toda la noche
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