La polémica saltó el martes, cuando una enrabietada Irina Shayk acusaba a la edición española de 'GQ' de incumplir lo pactado y borrarle la ropa interior con Photoshop: "La modelo Irina Shayk no es 'víctima' de 'GQ'. Ella aceptó posar desnuda y su agencia de representación, Elite España, estuvo informada y presente en todo momento durante la sesión de fotos (en la persona de su director, Gael Marie)", afirma en el comunicado la revista.
Gael Marie también se sumó abiertamente al enfado con la publicación por las fotos más sensuales de Irina Shayk, ya que según su punto de vista la devalúan como modelo.
Sin embargo, esta versión contrasta con la de la publicación, que asegura que "la revista 'GQ' cuenta con los negativos de dichas fotos (imposibles de manipular), pues el fotógrafo Vincent Peters optó en esta ocasión por disparar con película en vez de hacer fotos digitales. Los negativos demuestran la veracidad de la palabra de 'GQ'".
Lo que sí han confirmado desde la revista es que Irina Shayk utilizó un mini tanga de color carne durante toda la sesión. “Lo usó pero ese nunca se utiliza para ser fotografiado, sino para cubrir las partes más íntimas para que parezca que va desnuda. Ese tanga no se lo quitó nunca, eso se hace siempre así, se borra con el Photoshop”, aclaró Sara Padilla, estilista de la sesión.
‘GQ’ asegura que todo esto se debe a que Irina Shayk está enfadada con ellos porque en la portada pusieron que era la novia actual del jugador del Real Madrid. “Puede estar molesta porque hayamos informado en la portada de que es la novia de Cristiano Ronaldo, nos pidió que lo evitáramos”, destacaron desde la revista.
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