Para saber cual es nuestro tipo de piel debemos tener en cuenta el grosor, la secreción sebácea y la hidratación de la misma. Veamos a continuación unos útiles consejos que nos ayudarán a identificar nuestro tipo de piel:
- Para determinar si tu piel es gruesa o fina, pellizca ligeramente la piel del pómulo y después la del orbicular del ojo. Si el grosor es igual en ambos, tu piel es fina. Si no tienen el mismo grosor, estamos ante una piel gruesa o normal.
- Ahora partimos de la secreción sebácea para saber si poseemos una piel grasa, mixta o seca. Cogiendo un pañuelo de papel, lo adaptamos a la cara, abriendo un agujero para la nariz. Si al retirar el pañuelo tiene algún resto de grasa tu piel es MIXTA. Si no hay resto de nada, SECA y si está impregnado en su mayor parte, GRASA.
- Ten en cuenta que la piel GRASA, tiene una tendencia a aspecto brillante, presenta poros dilatados y es manifiesta la aparición de puntos negros y granos.
- La piel MIXTA se caracteriza por una zona central, FRENTE, NARIZ Y MENTON que presentan un aspecto graso y unas zonas laterales que aparentan mas sequedad, con posibles descamaciones y capilares a la altura de las escamas de la nariz.
- La piel SECA se descama con mucha facilidad y necesita constante hidratación. Suelen ser piel finas o de grosor medio.
- Deslizando un dedo de abajo a arriba por nuestro pómulo, puedes sentir la aparición de unas pequeñas arrugas. Si es así necesitas más hidratación.
- Por último, la piel sensible se presenta como especialmente delicada. Con tendencia a reaccione alérgicas frente a determinados cosméticos y con una sensibilidad acentuada frente al sol. En la mayor parte de los casos es de una tonalidad rosada.
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